¿Colgarme a mi? Vaya... Quien lo diría, la verdad que no me lo esperaba. ¿Que se cree? ¿Da por hecho que voy a ir a su encuentro... Así... Sin más? Este tío delira o se lo tiene muy creído... Este hombre necesita alguien que le diga las cosas a la cara... Este hombre...
- ¿a dónde vas?- me preguntó Anna desde el quicio de la puerta
- ¿Yo? A ningún lado...- cuando le respondí estaba abriendo la puerta de la calle... Me sorprendí a mi misma "¿que haces lucia? ¡Cierra la maldita puerta!"
- ¿Te vas a encontrar con el?... ¿Con esas pintas?- me señalo con dedo acusador...
- Que no voy a ningún lado...- Me miré al espejo de la entrada - si es verdad, no puedo ir así...- me fui corriendo a la habitación.
- Jajajajajaj ¡sí! ¡Yo te ayudo! - Anna parecía más entusiasmada que yo, saltaba dando brincos y riéndose descontrolada.
Solo sabía mirar el reloj, los minutos se hacían eternos y la espera era inútil, sobretodo con Anna merodeando a mi alrededor y riéndose cada dos por tres, me ponía mas nerviosa.
- Anna... Quédate quieta, por favor... - le repetía una y otra vez apretando los dientes y lanzándole miradas asesinas.
No me hacia ni puñetero caso la pobre mujer, pobre por no decir algo peor. Volví a darle el último vistazo al reloj "5minutos....¡no puedo más! " , abrí la puerta y me fui sin decir nada.
- ¡SUERTE! - Gritó Anna desde el otro lado.
Bajé las escaleras, y me fui colocando el abrigo conforme iba llegando al portal, casi me caigo en el último escalón de la velocidad que llevaba y di un salto para no chocar y darme de bruces.
Salí a la calle, medio apurada, respire y comencé a caminar despacio, todavía quedaban cinco minutos para verle y no iba a ser la primera en llegar, por supuesto. Parecía que todo el mundo me observaba, como si tuviera algo en la cara, me pase la mano por si tuviera algo, saque el espejo del bolso... Todo normal... Me estoy volviendo neurótica total... Me va a dar un síncope.
Llegué a la esquina del parque, me asomé un poco para saber si había llegado ya, pero no veía nada, estaba muy lejos. Doblé la esquina y caminé un poquito más "Ahí está la cafetería..." Mi corazón dio un salto de la expectación, "bien... No lo veo... ¿Llegué la primera?" No alcanzaba a reconocerlo entre los clientes, me escondí detrás de un árbol a esperar si aparecía.
"¡Ya lo veo, ya lo veo!" Me entraron ganas de dar saltos como la loca de Anna y a reírme descontroladamente como una chiquilla. "¡Venga, vamos!" Salí decidida de mi escondite, a comerme el mundo y todo lo que se pusiera por delante.
Conforme me acercaba a la mesa, mis latidos iban en aumento, nuestras miradas se encontraron, "¡no puedo!" Con la misma decisión que salí, di una vuelta de 180 grados sobre mi pie izquierdo y caminé en sentido contrario..."lucia... Ya te vio...¡qué haces! " me pare en seco, por unos minutos me quede en blanco, mi subconsciente me abandonó y me dejo a mi suerte. Me volví a dar la vuelta... ¡ no esta! ¿Donde se fue?
- hola... Creí que no ibas a venir...- su voz me hablo por la espalda y mis oídos recibieron la dulce melodía de sus palabras
- Uy... Hola... Si... La verdad... Yo tampoco creí que iba a venir...- tartamudee un poco, no me atreví a girarme.
- ¿Nos sentamos? - se puso delante mío y me pregunto con una sonrisa coqueta.
- ¡Claro, vamos! - caminamos hasta las mesas y nos sentamos, uno frente a otro.
- Perdona que te colgara y todo el misterio- sus ojos eran preciosos, su pelo una maravilla y sus sonrisa... ¡Ay! Qué alegría decidir venir.
- No pasa nada, no te preocupes- le dije mirando hacia otro lado.
- Sabes... Te vi en el acto inaugural del proyecto, cuando trabajabas con mi hermana.
- ¿Enserio? Pues... Yo a ti no... - mentí para hacerme la interesante.
- Ya... Me habría gustado presentarme, pero mi hermana y yo nos marchamos pronto... Desde aquel día siempre me pregunté, ¿qué sería de aquella chica rubia de ojos verdes esmeralda? - no podía creerlo... Solo faltaba que me dijera que aquella nota la escribió el... ¡Dilo!
- Pues... Aquí estoy, Lucia... Para lo que necesites- le busque la mirada para recibir otra a cambio, pero permaneció cabizbajo.
- ¡Claro! Victor... Para lo que desees...- subió sus ojos y ahora era yo la que escondía la mirada. - hace un par de semanas que sueño contigo... Y no puedo dejar de pensar en ti... Por eso cuando te vi antes... Necesitaba hablar contigo...- me soltó de sopetón todo aquello, me quede pasmada, sin saber que decir, ¡era mutuo! Mi sueño...¿era el mismo sueño? ¿Compartimos el mismo sueño? ¿Sería posible aquello?
- Solo quiero ser feliz...- le solté sin dilación mirándole fijamente, su semblante cambió, se puso de pie, a lo que yo respondí con el mismo gesto, se acercó a mi, puso su mano sobre mi hombro, me acercó a él un poco más... No apartaba su mirada, era como si quisiera entender algo que ni yo misma comprendía... "¿A que esta esperando?" Me soltó y se fue...