viernes, 30 de diciembre de 2016

CAPITULO 13


-¿ qué no eres humano? Entonces... un extraterrestre... no serás verde, tendrás seis ojos y siete brazos...- le contesté burlándome de él

-Jajajaja... casi...- me respondió entre carcajadas, podía imaginarme sus labios, esbozando aquella sonrisa encantadora, aún en la completa oscuridad, su sonrisa oculta era preciosa.

-¿Cómo que casi? Enserio...
-No mujer, no soy humano, pero tampoco soy extraterrestre..

- Ni humano, ni extraterrestre... pues no lo entiendo- Ya estaba empezando a tocarme un poco las narices, no comprendía por que no se explicaba ya, y él comenzaba a darse cuenta de mi desazón.

-No soy humano, porque mi naturaleza no es la misma que la tuya, y no soy extraterrestre porque no vengo de otro planeta. Existo en este mundo mucho antes de que tu llegaras. Realmente para mi, el extraterrestre eres tu. Yo existo desde la fundación de este mundo, desde la primera partícula, desde el primer aliento de vida que surgió en toda esta materia, mientras que tu, el ser humano en general, vino aquí, nos invadió, nos desterró y tuvimos que sobrevivir

-Sobrevivir.. ¿a qué?- En ese instante Víctor me soltó, sus brazos ya no me sustentaban, y volví a sentir el frío de la oscuridad, el temor volvió a inundarme lentamente, y mi deseo por encontrarlo, abrazarlo, besarlo, era incontrolable... - ¿Víctor?... ¿sigues ahí?

-Sigo aquí- su frase sonaba pálida.

-Dime, ¿por qué estamos a salvo en este lugar? ¿y por qué la oscuridad completa? - alcé las manos, intentando encontrarle, pero parecía que se hubiese desvanecido en la nada. Si alguien me viera en este momento diría que estoy completamente loca, agitando los brazos sin alcanzar destino.

-Cuando el consejo se enteró de tu existencia se me prohibió verte, y me mandaron que destruyese todos nuestros sueños, que eliminara cualquier rastro de Lucia en el mundo, se me obligó a destruirte.

- A destruirme... ¿por eso estoy aquí? ¿vas a matarme?

-Si

      El Corazón se me heló, una sensación de pánico me ahogaba el pecho y me quedé petrificada en mis pies. No podía creer lo que estaba escuchando ¡Matarme! ¡iba a matarme! Y lo peor de todo es que no dudaba en su afirmación, ni por un solo instante lo dudó, ni un segundo de cortesía se tomó para realizar su sentencia. Y allí me encontraba yo, sumida en una obscuridad completa, indefensa y entregada a lo que se suponía era el fin de mi existencia.

Continuará...


sábado, 23 de enero de 2016

CAPITULO 12




-¿Hola?...- me atreví a preguntar por segunda vez, las rodilla me temblaban y la boca se me secaba.

-Hola Lucia… - Una voz masculina susurró mi nombre -Siento todo esto… yo no quería…

- ¿Victor? ¿Eres tú? - Era el, lo sabía su voz era inconfundible

-Claro que sí, ven acércate-



  Por un momento la felicidad me lleno el pecho y mis pies querían correr a sus brazos, mas la voz de mi madre volvía a mi cabeza “No hay mucho tiempo, lucha… sueña… duerme” y algo en mí creó esa inseguridad ¿realmente es él?

-No puedo ir… no veo nada, enciende la luz- Le contesté con seriedad

-Venga vamos… confía en mi-

-Confiaría en ti si pudiera verte… hay muchos muebles, trastos y me puedo tropezar

-No lo harás ¡Vamos! – La voz sonaba un poco desesperada

-Enciende la Luz… - Hablé con tono amenazante

-¿Tanto miedo te da la oscuridad? – en tono burlón

- ¿Y a ti? Ven tu hacia mi… - Le repliqué sin pensarlo

- Solo tenías que pedírmelo



 ¿Cómo?... Se hizo el silencio, me estremecí aún más, mi desconfianza iba creciendo y mi corazón latía a mil por hora. La boca ya era oficialmente un señor zapato, seco y requeteseco, cuando… alguien comenzó a abrazarme por la espalda.

  Me quedé paralizada, los ojos se me salían de las orbitas, el corazón ya casi se salía del pecho y creo que me convertí en un tempano de hielo porque la sangre no me fluía por el cuerpo. Podía notar como su aliento calentaba mi oreja y su respiración también era muy rápida. Sus latidos se acompasaban a los míos y sus brazos me apretaban cada vez más fuerte.



-Shhhhh… tranquila, estoy contigo- Su voz, era su voz, y mi corazón comenzaba a calmarse lentamente

- Tenía miedo… esta tan oscuro…

- Lo sé… pero tiene que ser así

- ¿Por qué?

-Porque no estamos en ningún lado, no estamos abrazados y no existimos

-¿Cómo que no existimos? No lo entiendo, estamos en mi sueño

- No Lucia… tu sueño es el prado, la casa de tus padres, el columpio, tu felicidad… esto no existe

- Pero tú y yo estamos aquí, esto existe- me giré para buscar su rostro en la oscuridad, levanté las manos para palpar su cara y su pelo, encontré sus labios y los acaricié con suavidad con la yema de mis dedos.

- Existe… - Su respiración se aceleró y calentaba mis dedos con cada palabra que pronunciaba, notaba su corazón, sus latidos, al tiempo se calmaban y en un instante se disparaba-…  para nosotros, para ellos no…

- ¿Para ellos? ¿Para quienes?

- Para el consejo…

- El consejo… ¿Qué consejo? ¿Qué dices?

- Tengo muchas cosas que explicarte… y tú también a mí… ¿Cómo es posible que recuerdes todos los sueños? ¿Cómo es posible que encuentres la puerta? ¿Cómo es posible que controles el espacio y el tiempo, tal y como yo puedo hacerlo?

- ¿Perdona? ¿Yo explicarte a ti? Mejor dicho… ¡Explícamelo tu a mí! Que no sé lo que significan todas esas cosas… ¿Qué eres?

- ¿Qué soy? ¡Qué pregunta es esa! – Me dijo sorprendido

- Hombre… alguien que entra en mis sueños y los recuerda… es más raro que el hecho de que yo los recuerde ¿no?

-Para mí es más raro que un humano recuerde los sueños en los que intervengo

- ¿Un humano? ¡A caso tú no eres humano!

- No…

martes, 12 de enero de 2016

Capítulo 11


"No hay mucho tiempo, lucha... sueña... duerme..."

  Sus palabras retumbaban en mi cabeza como un bucle y poco a poco mi cuerpo se hacía menos pesado ¿Qué quiso decir? ¿ Por qué tengo que luchar?

  Al abrir los ojos estaba en una pradera, llena de flores de todos los colores, una brisa primaveral me acariciaba las mejillas y el olor a hierba húmeda me relajaba. El cielo tan despejado y con ese azul turquesa me recordaba a.., a... ¡Sí! ¡eso es! la casa de campo de mis padres ¡qué recuerdos! fui muy feliz esos años.

  Me giré y allí estaba, la casita blanca con tejado rojo, y un gran roble a la derecha, con el columpio que mi abuelo hizo para mí.

  Caminé en dirección al columpio con toda la intención de sentarme y disfrutar de ese recuerdo. Lo miré por un minuto y me senté. Comencé a balancearme: arriba, abajo... arriba, abajo... cuando recordé lo divertido que era tumbarse totalmente hacia atrás cuando subía y dejar caer la cabeza. Lo hice y... ¿Una puerta? ¡qué hace una puerta en mitad de la nada! no recuerdo que eso estuviera ahí y menos sin razón alguna.

  Se encontraba a unos tres metros del roble, justo detrás de mi. Me bajé del columpio y me dirigí a la puerta. Era blanca y muy vieja, la pintura estaba deteriorada y el pomo era redondo y dorado, con un simbolo extraño grabado en el. Me incliné para mirarlo de cerca, era una especie de tela de araña y en el centro tres siglas: R. E. M. ¿Rem? ¿que significa eso?

  No lo comprendía, una puerta en mitad del prado, ¿hacia donde? la pondrían de decoración, o para jugar.... pero ¿ cuándo la pusieron y quién? me entró la risa tonta, imaginándome la de tonterías que yo haría con esta puerta si fuera más pequeña... quizás siempre estuvo y nunca me dí cuenta ¿¡Como no me iba a dar cuenta de algo así?! es absurdo.

  Por un segundo me puse a pensar y me paré de reir en seco...¿yo no estaba en el hospital? ¿estoy soñando? ¿como he llegado aqui? "no hay mucho tiempo, lucha...sueña... duerme.." las palabras de mi madre me devolvieron a la realidad ¡Sí! es un sueño.

  Entonces recordé todos los sueños que tuve con Victor, en uno de ellos estuvimos aquí mismo, pero no recuerdo ninguna puerta en él. Victor aparecía de la nada en mis sueños ¿cómo lo hacia? recuerdo todos los sueños que he tenido con él y sé que él también, por nuestro primer encuentro en la cafetería y por la forma en la que se marchó, me oculta algo y la respuesta está aquí. Lo sé, lo presiento.

  Me aferré al pomo de la puerta y lo giré, la puerta se entornó y con la llema de los dedos la empujé ligeramente, pero algo la paró en seco. Solo se abrió unos cinco centímetros y todo estaba tan oscuro que no podía discernir nada. ¿oscuridad? detras de una puerta en mitad de un prado luminoso, con el cielo despejado... es irreal...es...es un sueño...

  Decidí golpearla con la palma de la mano para ejercer más fuerza y con suerte abrirla del todo, pero no era suficiente, así que apoyé el hombro y de un fuerte empujón conseguí abrirla un poco más, al mismo tiempo que empujaba se escuchaba un chirrido, como el de una mesa arrastrándose, y eso es lo que era, una mesa. La conseguí abrir lo suficiente como para entrar sin problemas, y por lo que la luz del prado me dejaba ver, parecía una especie de sala, no muy grande, y llena de muebles y cosas bastante viejas, me adentré en la sala y cuando me encontraba en la mitad, la puerta se cerró de un portazo, dejándome completamente a oscuras.

  Una sensación de agobio y miedo me cubrió por completo.

-¿Hola?- Dije en voz alta... no sé por qué, estaba sola... ¿o no?... la puerta se cerró por si sola...¡No! fue la corriente primaveral... me decía a mi misma para calmarme ¡qué corriente ni qué corriente! ¡Serás tonta! ¡¿dentro de la habitación, corriente primaveral?! ¿¿en serio??..si, aqui no hay corriente, mi subsconciente como siempre dándome ánimos... no estoy sola.