Los ojos de
Lucía comenzaron a cerrarse, mis manos apretaban la suya y toda mi
esperanza estaba puesta en su intuición. Quizás hice mal en
ocultarle su naturaleza. Solté su mano lentamente en la camilla y la
arropé como cuando era pequeña. Sus párpados comenzaban a tener
movimiento...
-Ya está en
fase R.E.M...
-¿y ahora qué?-
Anna me miraba con cara descompuesta y un poco decepcionada
-Ahora a
esperar- Le respondí tajante
-¿ A esperar?
¡Eres su madre!
Sus
palabras me herían en lo más profundo. Anna no comprendía todo el
dolor que me causaba esta situación. Ella solita se había metido en
la boca del lobo y todo el trabajo que me tomé, para que no la
descubriesen se estaba esfumando a pasos agigantados.
-Gracias por
todo tu trabajo, sé que no ha sido fácil vigilar a Lucia, sin que
ella notara nada, has sido de gran ayuda.- Sentencié mientras me
sentaba en la butaca azul, justo al lado de Lucia.
-Ese es mi
trabajo. - Pronunció clavándome la mirada- ¿Cuál es el siguiente
paso del consejo?- me preguntó inquisidora
- Matarla-
resolví sin dilación, la miré a los ojos y pude apreciar su
facción descompuesta y algo pálida
-Ma..ma..
¿matarla? ¡eso no es posible! ¡no puedes permitirlo! ¡es tu hija!
¡ella es la esperanza de nuestro pueblo!- Gritaba desesperada, sus
manos se agitaban arriba y abajo, mientras las pasaba por la cara con
cada frase y el tono de su voz comenzaba a ser exasperante.
-¡Ya basta! No
voy a permitir que una simple vigilante del sueño, derogada, se tome
estas libertades conmigo...- Levanté la mano para que parara
- ya veo...
espero se me tenga en consideración, después de que su hija muera,
y vuelvan a darme el puesto que merezco
- No te
preocupes, hablaré ante el consejo, para que reabran tu caso y te
admitan en funciones. Y por su puesto, esto quedará entre tu y yo-
La miré de soslayo, intentando que no se notara mi debilidad y mi
tristeza.
- Por supuesto,
mi lealtad a ti es firme- dijo realizando una reverencia
- Eso espero...
puedes retirarte, si me es necesaria tu presencia te lo haré saber
- De acuerdo...
- Y se marchó cerrando la puerta tras de si
“Solo
le pido al creador que te ayude a encontrarte a ti misma, que te guíe
en la oscuridad y te ayude a vivir...” susurré en su oído y volví
a sentarme, apoyando mi cabeza en el filo de la cama...
Tres horas más
tarde...
No sabía que
estaba sucediendo, su cuerpo comenzó a temblar y a convulsionar, una
máquina que tenia enganchada en el brazo comenzó a pitar y las
agujas del antebrazo se partieron. Tres enfermeras entraron
corriendo, pidiéndome que me apartara de la cama. La sujetaron como
pudieron y el pitido insoportable no cesaba y cada vez era más
rápido. En ese mismo instante entró el doctor de guardia y dos
enfermeros más, creo que estaba toda la planta allí metida en la
habitación, yo ya estaba fuera, y no sé en qué momento me habían
sacado. Solo sentía miedo e inseguridad, sabía que estaba en
peligro y deseaba que acabara, como fuera, pero que acabara.
-¿Qué sucede?
¿Qué están haciendo? ¿Qué pasa?....¡qué...- ni terminé de
expresar mi preocupación, cuando aquel pitido fue constante, y
cesó...
- Lo siento
mucho...- El doctor salió despacio de la habitación
-¿Cómo que lo
siente? ¿Qué paso?
-Intentamos
estabilizarla... pero no ha sido posible, su hija...
-Muerta...
muerta...
-Lo siento... de
verdad, no sabemos que ha pasado, es inexplicable
Entré
lentamente en la habitación, mientras el Doctor me explicaba cosas
que ya no me interesaban, y yo simplemente asentía, no podía
creerlo, todo mi esfuerzo fue inútil, toda mi esperanza se
desvaneció en un segundo.
…. “
PIP....PIP...”
La máquina
comenzó a sonar de nuevo...
-¿Cómo?... -
El Doctor anonadado, se acercó a Lucía rápidamente – Pero si no
tiene pulso...¿Cómo es posible?...
Aquella
máquina empezó a descontrolarse, y aunque el corazón de Lucia no
latía, su cuerpo empezó a agitarse bruscamente, hasta que de
repente... Desapareció ante nuestros ojos...
-¡LUCHA
LUCIA...LUCHA... ESTE ES TU MOMENTO! - Grité con todas mis fuerzas
dando círculos por la habitación, el personal del hospital no podía
creer lo que sus ojos veían, y en ese mismo instante, por lo menos
diez o veinte personas, vestidas con trajes negros y armadas entraron
en a habitación...
-¡QUIETA!....
-Hola mi
señor... ya no hay vuelta a tras... podéis matarme si os apetece,
pero a ella, ya no hay quien
la pare. Tu reino se acabó señor
mio...
-¡CALLA
INSENSATA!...- en menos de un segundo, aquellas más de veinte
personas se unieron en un solo ser, con ojos profundos y nariz
aguileña... vestido con traje oscuro y una expresión de
desesperación...- Yo soy el Consejo... yo soy el supremo, el señor
y el único controlador del mundo de los sueños....¡CÓMO HAS
PODIDO TRAICIONARME ASÍ!...- Su voz se salía del cuerpo, tan
fuerte que me retumbaba en lo más profundo de mi alma... Nadie podía
dar crédito a lo que sucedía
-Mi señor...
estamos en un hospital, en el mundo humano- le dije suavemente,
intentando apaciguar los ánimos, dirigiendo mi mirada al suelo,
observando mis pies...
- Lo sé, no es
problema... estas personas no recordaran nada de lo sucedido en este
momento...- Alzo la mano y cuando la bajó, todos cayeron al suelo,
desplomados e inertes...- Todos los días hay ataques terroristas
¿no?...- dijo con una mueca en la boca- Tu vienes conmigo...
Volvió a
alzar la mano, y un portal se abrió, me garró de los hombros con
fuerza y me forzó a ir con él...
¡Cuanta tensión! Me encanta como vas desarrollando la historia. Soy muy fan de tu historia :D Espero ansiosa la continuación. Un beso guapísima ♡
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